Y a los reyes les pedire consciencia.
Cuando Noah llegó a nuestras vidas alguien me comentó, con cierta pena, como iba a pasar el tiempo a toda velocidad a partir de entonces. Me dijo «Cuando tienes un hijo el tiempo vuela. Cuando empiezas a cogerle el truco a una etapa ya está entrando en la siguiente y te pasas tanto tiempo apagando fuegos que no tienes la perspectiva necesaria para darte cuenta de cuanto estás disfrutando de cada etapa, de cada novedad con la que te sorprenden. Es cuando miras atrás cuando, con satisfacción pero también con cierta nostalgia, puedes valorar todo lo que has vivido» Esta reflexión me impresionó mucho y se me ha quedado grabada de una manera muy intensa porque es exactamente la sensación que tengo, vivo apagando fuegos jaja pero también disfrutando de cada nueva sorpresa y aunque no quiero que se me escape nada mi vida ha cogido una velocidad de vertigo en esa contradicción entre «que madure un poco ya por favor!!» y «Ay mi niño que se me hace mayor!!»
Creo que esta sensación se traslada a cada sesión de familia lifestyle, cada foto de vida cotidiana, de momentos en familia, de juegos, risas, besos que ya no desapareceran porque aunque nuestros niños se hagan mayores, independientes, autónomos, todos estos momentos nos quedarán en la piel, en la memoria y en las imágenes que tenemos de ellos.
Zaira, Jorge, Lucas, Laika y ahora el pequeño Martín tienen una larga historia ya con nosotros. Una historia llena de momentos reales. El nacimiento de Lucas, la boda de Zaira y Jorge, el nacimiento de Martín y estas navidades en familia son algunos de los muchos momentos que no querran que se les escapen, que estén en sus imágenes y en sus recuerdos para siempre.
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